miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ismos


Parece manía de los hombres y mía, contar aquello que falta y lo que alcanza, la promiscuidad del valor se basa en la propia conveniencia; a veces queso, a veces nada. Y cuando hay suerte, el propio gusto.

Es extraño, pero hay sabores que se quedan guardados, a pesar de no haberlos probado, como el de la numeralidad que es como a descanso, como libertad; pero mientras tanto me conformo con el sabor de mi tabaquismo, que se le parece a la libertad y al descanso… ¿será como baila el humo?, ¿cómo desaparece sin que nadie lo extrañé?. Quizás no se llame tabaquismo, más bien humismo.

Otros recurren a otros “ismo”, es cosa de cada cual, pero el único que no me gusta es el fanatismo, y es que un ismo no debería anteceder a los yoes y tues, si no inevitablemente caemos en el individualismo; aunque es debido decir que este último puede acompañarse de numeralismo. Y es que quien puede negar que aunque no nos guste como huela o de donde proviene, ayuda a vivir, ayuda a nuestros ismos y a mantener ismosidad de nuestras vidas.

Otra cosa son los racismos, que perecen racimos, porque son muchos; pero estos a diferencia no saben rico, más bien son amargos y adhieren fácil con el prejuicismo, que también es una antesala al fanatismo.

Yo por mi parte alimentos mis ismos, la numeralidad los hace posible; pero el único gratis que tengo es mi imaginacionismo, amorismo e ideismo. Y tengo suerte, porque para algunos estos últimos tampoco son gratis.



NB














No hay comentarios:

No somos esfinges

Antes de todo aclarar que no se trata de un texto político ni económico, es de las idiosincrasias que ha generado la igualdad de género com...