domingo, 8 de julio de 2007

El Homúnculo





Despertaba todos los días agitado, también por las noches, casi asustado y muy agitado, pero no recordaba que lo hacia estar así. Pero ya con todos aquellos años encima ni se preguntaba el por que de su situación. Así despertaba con mucha adrenalina en su cuerpo, como si viniera de una gran estampida, como si por poco muriera en cada hora de sueño; no se preguntaba nada de eso, ni por que ni para que, solo una vez se imagino que la muerte debe ser mucho mas agitante o al menos para el.




Toda esa fiebre y esos amaneceres lo fueron formando y cada pizca de otro sentimiento eran desapercibidos pues reinaba la catastrófica sensación de la muerte, el sabor agrio permanente que no le permitía ser mas que eso, no le permitía convertirse en vida, el era siempre y mas cada noche el vértigo de vivir el ultimo segundo, un estado permanente de metamorfosis, doloroso y adormecido. No se daba cuenta pero el era ser y no ser al mismo tiempo y estaba y no estaba al mismo tiempo, era como el intermedio del pasado y el futuro, sin ser presente, era un homúnculo y ni siquiera lo puedes decir con seguridad , pues lo mas probable es que tampoco lo fuera, el es contradicción y falacia.


Como un inmortal vivía o yacía en su propia oscuridad, no tenia idioma ni identidad, era un desterrado y no sabia que lo era, pues con lo poco que lo conozco creo que ignora el hecho de que hay mas vida a parte de el, creo que el cree que la vida es como el, así de indecisa y confusa, lo que en muchas ocasiones me termino por convencer; no se si se daba cuenta que yo lo observaba.
Algunos días se levantaba y murmuraba, otros se quedaba impávido, otros días en cambio, despertaba, esos días eran noches entonces y era cuando decidía que no quería morir y salía a vivir un poco, salía a respirar un poco y se convertía en algo, ahí dejaba de ser el homúnculo y se convertía en lo quisiera ser.

Un día se despertó con la convicción de ser humano, y entonces converso como si supiera lo que decía, pero en realidad solo asentía como entendiendo y decía “si”, “no”, “sígueme contando”, también mantuvo la mirada fija como si observara, actuó un poco como persona y se vistió para la ocasión, fue cuando deambulando llegó a un bar, yo estaba ahí como perdida entre trago y trago no me di cuenta que era con él con quien hablaba, y tampoco supo que conmigo hablaba, lo invite a que me invitara a un trago para ver si tenia dinero, pero no me escucho, entonces yo lo invite, como era de la casa a nadie le importo y pareció no sorprenderle mi gesto, nada que le decía parecía causarle alguna impresión, pero con tanto alcohol a mi tampoco me importó. Le bailé haber si conseguía sacarle algún peso y tampoco reacciono, me miraba, pero tampoco entendió este gesto, de igual manera no me fui de su compañía, quizás me sentí protegida al ver a alguien que no me deseara, quizás eso era lo que necesita esa noche y no dinero. No importaba que pasara por mi cabeza o lo que digiere el me miraba nada mas, como que si lo que veía no fuera nuevo para el, como si todo lo predijese y no lo digiere realmente, pero no, con el tiempo descubrí que era la primera vez que alguien le hablaba y que era la primera vez que veía a una persona, al menos en mucho tiempo; era que simplemente el estaba y no estaba, el miraba pero no observaba. Lo único que supe esa noche fue que yo estaba sola y me descubrí contándole mis cosas a él, al homúnculo, por que no le importaba y no reprocharía mi actuar, era como hablar conmigo misma.

Luego de un momento a otro comenzó a agitarse y a transpirar, pero no estaba asustado, solo respiraba con mucha fuerza, luego empalideció se torno casi azul y de repente respiró profundamente y volvió, pero no asintió ni hablo más. Eso no impidió que yo le siguiera hablando, luego un poco aburrida le pedí que me sacara a bailar y como era de esperarse no respondió, me quede en silencio y luego de algunas horas observándolo, en su forma y su estructura, acabé concluyendo que no era una persona, que era un “no se que”, pero eso no me atemorizó, en realidad me causo gran ternura, ver su rostro inexpresivo, un rostro lleno de cicatrices, sin ojos, solo cuencas, que hace un rato parecían tener ojos, sus manos dobladas y gruesas, una leve joroba, no pude ver como era su boca y tampoco recuerdo su voz, no sabía si tenia cabello, pues tenía una capucha que me dejó sin ver muchos de sus detalles, a pesar de esas características que al ojo humano parecerían monstruosas a mi me pareció tierno, inocente y misterioso.

Cuando casi al amanecer se levanto al fin, lo tome de su brazo y me deje llevar por su andar, era tibio y me sorprendió ver su seguridad al desplazarse, al menos eso me hizo pensar que tenia donde llegar y no era un vagabundo, iba con la firmeza de tener algo que hacer o un horario que cumplir, la velocidad con la que caminó me obligo a correr para no quedarme atrás. Algo me pareció extraño y fue que sin darme cuenta no vi el amanecer, no amaneció, siguió la oscuridad, pero no la noche, la luna no la encontré y no pude divisar el sol, pero seguí a su lado, ahora aunque quisiera no podía echar pie atrás. La protección que sentí a su lado fue muy grande, sabia que si me soltaba de su brazo me perdería, eso me apasionó. Siempre había sentido miedo y ahora ya no, aquel ser desfigurado me guió.

Llegamos a un lugar que supuse que era su hogar y se sentó, ahí se quedo creo que días o meses y yo no me fui me quede observándolo, algunas veces lo acaricie, en otras me senté sobre el y lo besé, otras veces me desnude y le baile. Pero jamás reacciono así que no hice mas el intento de que me ame y me quede a su lado haciendo lo mismo que el, tranquila, no espere nada, no vi nada, no hable mas, solo algunas veces me atreví a pensar, pues eso también era algo que deje de hacer casi por completo, y lo que pensaba era como es que no me acepto, fue un rechazo, pero no al mismo tiempo, ¿me necesitara?, ¿y si me lanzo sobre el nuevamente?, estaba extrañada de no hacer nada de lo que antes me era habitual, ya no comí ni bebí, tampoco trabajaba a pesar de que con él no habría sido trabajo.

Así perdí la noción del tiempo, ya no existía el tiempo la única cosa que me sacaba de ese letargo eran sus fiebres y cuando empalidecía como lo hizo aquella vez en el bar, que ahora entiendo que eran sus acercamientos a la muerte, a veces moría por largos ratos y otras volvía, pero no estoy segura si a vivir o a seguir aquí y tampoco me lo cuestione, solo las primeras veces, ya no.

Ya no hablare de días o noches si no que hablare de “no día” o de “no noche”, dependiendo de cómo me sienta será no día o no noche.

Una no noche el despertó, y no se que fue pero salio muy rápido como cuando nos fuimos del bar, y yo me aferre para salir junto a el. Salimos de esa no noche y me sentí como en un no día y luego al fin llegamos al día, no reconocía nada ni a mi misma en el reflejo del agua, de hecho no me vi y no vi mas al homúnculo, vagué y no tenía tristeza ni felicidad, ni cansancio ni embriaguez, después de todo yo también me convertí en homúnculo, no soy y soy, pero no me preocupaba no ser o ser, era lo mismo si lo pensaba o no, así que no lo pensé. Tampoco tenia una no noche o un no día, pues no supe como volver, así que me quede aquí en la realidad de los mortales y no volví a intentar volver a la oscuridad ni a mi anterior vida, por que ya dejo de tener significado saber que soy o tener con quien ser, así que vague mas todavía, y pasaron largas tardes y largas noches y yo ahí sin levantar la mirada seguía vagando, un día me sentí morir y recordé al homúnculo, tanto me había dejado de importar todo que lo había olvidado y entonces no me importo por que sabia que luego volvería aquí a seguir vagando, pero cuando volví, me recordé y quise ser aquella que fui, no supe como pero me encontré de pronto caminando por las calles y estas de pronto tomaron sentido estaba a punto de recordar algo, pero no se que, supuse que era donde viví cuando estaba segura de que yo era, y luego de un rato me senté en una plaza y vi el sol, lo mire mucho rato, porque no me importaba ver otra cosa y no es que el sol me importara, pero lo mire, quieta, sin vagar.
Entonces una niña se me acercó y me preguntó que porque mis manos y mi cara eran tan huesudas, y no le respondí, si pensé, como solía hacerlo cuando era ser, y yo también me lo pregunté y entonces recordé que en la oscuridad no comí ni bebí y por eso debí haber adelgazado, la niña me comenzó a hablar de algo, y yo solo asentí y me quede pensando en como es que ahora ella me veía si yo no me había visto en el agua y como es que ya no estaba vagando y como de repente me sentí ser, entonces quise prestar atención a la niña, pero no pude, no me importo lo suficiente, pero no quería que se fuera, por que me volvería a sentir como no se que y seria otra vez un homúnculo.

La luz del sol me empezó a molestar y baje la mirada entonces sentí venir la muerte y me fui, la niña siguió hablando pero ya no pude pensar, pues había dejado de ser la que fui y volví a ser homúnculo, no se que ocurrió, solo me levante y comencé a vagar sin rumbo, como solía hacerlo, luego de mucho andar, quizás algunas eternidades, sentí la muerte de nuevo, y tampoco me importó y esta vez quise ser una niña como la que conocí aquel día tan luminoso y así pasaron tantas eternidades y seres y no seres, que ya no recuerdo, solo la ultima vez, y fue que no quise ser, solo quise saber y quise saber por que ahora soy un homúnculo, entonces, como magia llegue a mi ultimo hogar, y vi al homúnculo que había amado cuando era lo que era y lo conocí, y comenzó a hablar, pero ahora sus palabras si tenían sentido, para mi y para el, fue mi primera conversación en años y la primera con él.

No me emociono, no me causo nada, por que aún estaba turbada por mi ultima vez cerca de la muerte, pero recuerdo que dijo “tu estabas muy sola, por eso me viste y también por eso me seguiste, pero a mi lado no habrá vida nunca y moriste de a poco, moriste pensando en mi, pero como no me interesaba hablarte no te lo advertí, creo que en el fondo querías morir también, por que te enamoraste de lo mas cercano a la muerte que tenias, yo. Ahora que ya moriste, no se por que estas aquí, supongo que por que no sabias que no estabas viva, por que no te interesó saber por que eras y no eras al mismo tiempo”, entonces entendí todo y volví a vagar y el por su parte no recordó mas lo sucedido, entendí que morí por inanición, entendí que no me vi por que no existía físicamente y entendí que esa niña me vio por que estaba sola, así como yo lo vi a él.

Sentí venir la muerte pero esta vez si me importo, por primera vez la percibí como mía y me fui… ahora al fin no soy y a pesar de ello soy más de lo que nunca fui.

O si soy, yo soy una muerta para los vivos y el homúnculo que conocí, siguió siéndolo, pero lo espero desde mí no ser eterno, y no desde ese ser circunstancial.

No somos esfinges

Antes de todo aclarar que no se trata de un texto político ni económico, es de las idiosincrasias que ha generado la igualdad de género com...