viernes, 21 de diciembre de 2012

Volver


Vuelvo a tu abrazo abrigado y profundo, donde el pensamiento se eclipsa y se detiene el ruido.
Vuelvo a tus manos tibias y fuertes, que pulsan palmo a palmo mi alma.
Vuelvo a erizarme como el primer instante, vuelvo a amarte y vuelvo a mirarte, como una flor que se abre para el sol, nutriéndose de él; amante eterna que por las noche se guarda para proteger su calor y su recuerdo.
Vuelvo a ti mi amor, porque es como volver a mi, como volver a mi centro, donde mis espadas no necesitan brillar ni cortar el viento; donde tú, mi segunda piel me abriga del mundo irreal y de sus sombras.
Vuelvo porque mis pesadas cadenas se vuelven breves hilos de humo si tu mano amable toma la mía, porque eres la bravura de mi voz anestesiada y porque subimos a lo alto sin ser dioses, sin ser místicos, ni especiales.

Amor mio, vuelvo a ti porque te amo, te amo y te amo.



Natalia de Asterión

No somos esfinges

Antes de todo aclarar que no se trata de un texto político ni económico, es de las idiosincrasias que ha generado la igualdad de género com...