sábado, 17 de septiembre de 2011

Visceral

Hay gente que tiene la exquisita capacidad de descomponer verdaderamente todo atisbo de estar mejor, gente a la cual pareciera que no le queda más que vivir a través de la desgracias de los otros, como una propia expiación, disfrutan de no ser mas miserables que un otro...


Quizás esto sale muy de mis entrañas, muy visceral. Mas el trasfondo es que a pesar de considerarme (incluso, a pesar de la inconveniencia) una persona correcta, me gusta salir a la calle y sentir que no debo bajar la cabeza ante nadie. Que soy bienvenida en todo lugar y que mi mejor carta de presentación es la honestidad, como una llave maestra que siento que sin importar de la vicisitudes de la vida, es la única que me llevará al mejor puerto. 


Y a pesar de ello en mi vida me he visto envuelta en situaciones engorrosas, en situaciones verdaderamente vergonzosas e indignas. Me cuesta comprender que la verdad es a veces más difícil de explicar que las mentiras, que parezca más satisfactoria la falsedad antes de una sencilla verdad.


Como alguna vez dijo un profesor mio "Si alguien nos invita a salir no podemos decir que no queremos, debemos decir que no podemos". Y esto es sólo porque a la gente le cae mal la honestidad.


En mi defensa, tampoco he caído en aquella honestidad infame que solo destruye, y aún con el cuidado, aún mostrar sensatez y honradez... gente como la que he mencionado a logrado ensuciarme y es que como he dicho es mas sencillo creer en las mentiras más bizarras que en la  verdad, ¿a la gente le gusta vivir afligida o soy yo a la única que le angustia decir mentiras?


Más que nunca estoy dudando en mi teoría acerca de que la gente es buena del alma, pero la vida los hace cometer errores. Pero en las malintencionadas personas en que he caído y sus malintencionados comentarios me hacen dudar, me hace dudar de la naturaleza humana que siempre he afirmado.


Con dolor comienzo a desprenderme de un velo de ilusión, de un velo que mantuve durante años sesgándome y ayudándome a vivir, quiero creer que mi olfato, algo entrenado a estas alturas, me ayude a prever un golpe de este tipo antes, de ver en la gente esa mirada de individualidad y egoísmo, de ascetismo extremo, de cobardía y falta de alma. 


Yo por mi parte, no dejaré de ser quien soy...






Natalia Bevilacqua

Adios

ANGIE, ANGIE, WHEN WILL THOSE CLOUDS ALL DISAPPEAR?
ANGIE, ANGIE, WHERE WILL IT LEAD US FROM HERE?
WITH NO LOVING IN OUR SOULS
AND NO MONEY IN OUR COATS,
YOU CAN´T SAY WE´RE SATISFIED,
BUT ANGIE, ANGIE, YOU CAN´T SAY WE NEVER TRIED.
ANGIE, YOU´RE BEAUTIFUL, BUT AIN´T IT TIME WE SAID GOOD-BYE?
ANGIE, I STILL LOVE YOU,
REMEMBER ALL THOSE NIGHTS WE CRIED?
ALL THE DREAMS WE HELD SO CLOSE SEEMED
TO ALL GO UP IN SMOKE,
LET ME WHISPER IN YOUR EAR;

ANGIE, ANGIE, WHERE WILL IT LEAD US FROM HERE?
OH, ANGIE, DON´T YOU WEEP, ALL YOUR KISSES STILL TASTE SWEET,
I HATE THAT SADNESS IN YOUR EYES,
BUT ANGIE, ANGIE, AIN´T IT TIME WE SAID GOOD-BYE?
WITH NO LOVING IN OUR SOULS
AND NO MONEY IN OUR COATS,
YOU CAN´T SAY WE´RE SATISFIED,
BUT ANGIE, I STILL LOVE YOU, BABY,
EV´RYWHERE I LOOK I SEE YOUR EYES.
THERE AIN´T A WOMAN THAT COMES CLOSE TO YOU,
COME ON BABY, DRY YOUR EYES.
BUT ANGIE, ANGIE, AIN´T IT GOOD TO BE ALIVE?
ANGIE, ANGIE, THEY CAN´T SAY WE NEVER TRIED.




Jamás lo planee así ....


NB

miércoles, 3 de agosto de 2011

Desaparecer


La primera palabra en mi cabeza, que me ha azotado todo el maldito día es "desaparecer", no se me ocurre método mejor para mi vida, o para estos momentos, desaparecerme de mí... me agota ser yo misma a veces, me agota tener que cargar con mi peso, mis consecuencias, mis decisiones, a veces me parecen ajenas, como inmerecidas.

Me agota ver mis pasos como en una película donde todo pasa como si nada y luego los azotes me los llevo yo, me agoto de mi misma, de mi alegría estúpida, de mi paciencia desbordante, de mi capacidad pensativa constante, de mi prestancia para la gente, de ser una ligadura para todos menos para mí. Me agoto de levantarme cuando se trata de mi, si tuviera que salir cada día para favorecer a los otros sería más fácil.

Se me hace difícil querer lo que es para mí, se me hace difícil disfrutar aquello que sólo disfruto yo y a falta de ganas y placer me quedo arranada aquí, escribiendo, es que me agoto de mi existencia.

Hoy es de esos día que me desbordan, que me dejan sin habla, me dejan tan callada que no puedo ni decirlo, me dejan así nada más, con una tristeza deprimente, como de “nada se puede hacer”, es increíble que la persona animosa, versátil y capaz este en su pieza cuestionándose si lucha o no, nadie en su mente lo piensa, suelo salir resuelta de mi dormitorio en estas ocasiones.

Pero hoy es diferente, me canse de ser tan estúpida, me canse de que mis decisiones las tome una Natalia estúpidamente animosa, o estúpidamente inconsciente de las cosas verdaderamente importantes. Hoy me quiero desaparecer para no luchar con mis consecuencias, me quiero dormir y despertar sana otra vez. Despertar sin obesidad y resistencia a la insulina, despertar sin haber tenido que luchar... a veces me canso de ser yo, sencillamente.

A veces se me llena el vaso y no alcanzo a tragar el agua que lo desborda, a veces me pongo ultra-nazi contra mí y quiero hacer un atentado de cigarrillos, masivo con Nirvana de fondo. Supongo que me queda luchar con los brazos cansados, con la mirada caída... ¿no tengo más fondo donde caer verdad?



NB

lunes, 25 de julio de 2011

Sobre gustos pecaminosos y la labor social de la siutiquería.

Sobre gustos pecaminosos puedo decir mucho, desde aquellos inocentes que por sólo gustar mucho son culpables, hasta aquellos ocultos que quizas a alguien se lo has confesado y luego piensas uuu que no me juzgue!!... ¿Por que?.

Somos entes pulsionares, deseamos constantemente y parece ser que con los años que llevamos sobre la tierra; siendo hombres y animales, no somos capaces de ver que siempre deseamos, es natural y por lo tanto ¿Por qué renegar?, ¿Por qué mentirnos?. Somos seres vivos que vivimos a travez del placer, nos mueve el deseo, una libido mental y física que nos saca de lo inmovil, nos insta a salir para trabajar y así comer, salir, beber, fumar, y muchos otros.

Entonces sobre gustos pecaminosos, para mi, es sólo siutiquería, es una constatación arbitraria de los social, que nos invade desde que nacemos: no llores, levantate temprano, no te metas los dedos a la nariz, se come con cubiertos, no se rasque frente a la gente, no se tire flatos... ¿Para que?

¿Quien fue el primero en decir que debemos o no hacer?, ¿quien fue el primer hombre traumado que prohibio las cosas ricas de la vida?

A mi mísma me cuesta llegar a saber quien soy realmente, con veinte años de socialización encima puede que ni sepa las cosas que verdaderamente disfruto, puede que la persona moral y etica que existe hoy es sólo una sombra bien camuflada de sentido y forma, que dificilmente existiría si nos hubiera nacido aqui. Que dificil decir quien soy sin caer en "lo que quisiera ser" y lo que "soy a fuerza de crianza y cachuchazos". Estar feliz puede entonces ser una cuestion de apariencia.


No quisiera ponerme freudiana porque no está ni a la moda, ni me acomoda, pero, ¿porque superar nuestras fijaciones?... es una cuestión culposa, malditos diques anímicos que me castigas desde que tengo memoria, ¿y si me gusta hacer caca?... estoy enferma / ¿si fumo como si se me fuera la vida y hablo mucho siempre?... me quede en la etapa oral y mi madre tiene la culpa / ¿si me masturbo y tengo sexo muy seguido... o muy poco?... también, provablemente una enferma.

Me sorprendo del miedo que tiene la gente a decir quienes son, creyendo que son los únicos que se tiran peos y que nadie más ha pegado chicles bajo la mesa. Me asusta pensar que todo lo que parece ser, sea efectivamente así y que en realidad a la gente no le nace mandar a la chucha a nadie, no le nace ir al baño y alegrarse por sus obras, no tienen fantasias sexuales, nunca se han sacado un moco y pegado en cualquier lugar, nunca se han comido todo el cereal y despues no le cuentan a nadie... nunca, nunca, nunca.

Me asusta pensar que todo aquello sea verdaderamente así y que yo soy la que tiene gustos pecaminosos y soy una enferma... de alguna manera lo digo sabiendo que no es así, lo digo sabiendo que hasta mis conocidos mas correctos guardan en su memoria una blasfemia social a la moral y las buenas costumbres, sabiendo que todos y cada uno saben que son mascaras para poder decir "soy normal". Yo las uso, pero disfruto diciendo cosas que nadie se atreve, para despues ver que todos tienen un alivio moral e incluso se atreven a decir "yo también", con sierto tono de risa nervioso y quisquilloso.

Disfruto diciendo cosas que a los mas pobres de espiritu les "choca", sólo para ver sus caras de "verdad impúdica" y "no sigas hablando que vas a quedar mal"... y yo la verdad me rio de lo fuerte que cala la socialización.

Es que aqui en Chile causa tanto morbo que si digo pene, en cualquie contexto, mas de alguna suceptibilidad saldrá afectada, siendo mediante una risa o una mirada inquisidora.


Y bueno... finalmente, yo también me guardo algunos gustos excentricos para mi y nadie mas.




Natalia de Asterión

miércoles, 6 de julio de 2011

El Catoblepas



Cuantas veces uno ha sentido que todo lo que hace es expulsar por la boca y cada poro un montón de mala onda, cuantas veces uno opta por callar, mientras se atora en la garganta un grito, mientras uno llega a sentir que expele la verdad y la critica. Cuantas veces uno opta por algo que está fuera de sí, fuera del autentico deseo de verborrear y calla. 


Y claro, puede ser un acto muy común, pero verdaderamente difícil de realizar, sobre todo cuando la idiotez del planeta parece provocar con cada gesto y pareciera que esperan que uno explote, para luego, enrojecida decir, "perdón". Es curioso, pero con sólo decir para sí algún garabato, aunque sea para sí; baja la presión, es como si lanzáramos los dardos a la tierra y ahí se quedaran. Y uno "generosamente" deja que el otro siga su camino.


Quizás todos tenemos un poco de este animal, el Catoblepas, un poquito de esa timidez de no levantar la cabeza para no dañar, mirar al suelo, para no traer el caos al mundo, pero jamás jamás envenenarse a sí mismo, simplemente se agacha, quizás el también decía para sí cosas para contenerse.


uf!
Nada mejor que decir con la CH y las S, bien marcadas un Conchasumadre!. Vivan los "Mierda", con la R ronca, los "Andate a la chucha!" con el tono más poblacional, o un sencillo "Agueonaoooo!".... aaah!!!.


Y con decirlo bajito, al amigo de al lado o en el pensamiento puede ser suficiente, magnificas palabras catárticas!, dulces palabras que encienden el enojo y son capaces de provocar el morbo de la gente, magnificas cuando nos sirven para no "meter las patas" y saciar la indignación en silencio.




Ahora feliz, me voy a la Chucha!!




Natalia de Asterión

jueves, 7 de abril de 2011

El minotauro que no quería ser liberado

Todos queremos ser salvados, la idea puede ser diferente en cada cual, salvarse a uno mismo o esperar una fuerza externa tan poderosa, capaz de salvarnos del precipicio, pero a grandes rasgos, todos queremos ser liberados. Es una cosa de inconformidad.


Mirar a nuestro alrededor con la mirada del depresivo, es una cosa que ocurre a menudo, cuando estamos inmersos en una realidad que no nos llena; la mayor parte del tiempo miramos sin esperar algo mejor, como decepcionados, la cosa ES como nos tocó. pero a pesar de la idea conformista hay un deseo muy intimo de ser salvados, de que tal realidad boscosa pueda ser superada, elevar nuestro estado, o simplemente mejorar el mundo.


Esta cosa de ser salvados es tan habitual, como presente en la literatura, es una suerte de factor común en la humanidad, entre tantas cosas en común que tenemos. Y esa idea está también presente en uno de los cuentos que más me han inspirado en mi años de lectora, "La casa de Arterión", no es la cosa más impresionante que exista, y a lo largo de mis lecturas, sé que encontraría mejores ejemplos, pero es Borges quien abre mi mente, no sólo con ese cuento, a pensar, filosofar, imaginar y ver en mi una fuente infinita de cosas que me sorprenden cada día, quizás ya no lo lea, pero él me inició.


El minotauro, protagonista del cuento, vivía encerrado en su infinita casa, velado de tanta soledad, que creía con total convicción que era un ser perfecto, el rey y líder de todo lo existente, que incluso en una época que no recordaba, él había creado todo lo existente. Lo que no sabía es que no era el líder ni rey, simplemente estaba sólo, este minotauro ni soñaba con ser liberado, pues su triste historia lo había vedado para saber que en realidad era un ser desdichado, era tal su ceguera que se sentía perfecto.


Cada nueve años, llegaban nueve hombres a su casa, para intentar matarlo, pero siempre ellos morían a manos del minotauro; terminar con la vida de nuestro personaje era la única forma de liberarlo de su insensata realidad, de su casa.


Pero, el minotauro no deseaba ser liberado, es de los poco personajes en mi historia que verdaderamente era feliz, que verdaderamente no buscaba ser liberado, que su soledad le había otorgado algo que muchos buscar toda su vida y jamás encuentran, ser felices, encontrarse bellos, perfectos, invencibles... pero bastó que un hombre le dijera que alguien lo liberaría para que el minotauro deseara que eso ocurriera.


Nada hacía pensar que un día llegaría alguien a su casa infinita a buscarlo para "liberarlo", ¿liberarlo de que?, ¿Por qué el hombre piensa que sus expectativas son atribuibles a los otros?, ¿por qué el hombre es tan obtuso que cree que lo que para él es bueno, es bueno para todos?, nos impresiona ver a los indigentes que tienen la posibilidad de vivir en casas y de forma confortable, pero prefieren vivir en la calle; nos impresiona ver que hay gente con otras preferencias sexuales; nos impresiona que exista gente con X gusto sobre X cosa, que no es común.


El minotauro en toda su vida no sintió ganas de ser salvado, esa necesidad nació con las palabras de un hombre que murió luego en manos de él, es por ello que al llegar Teseo, el minotauro se dejó matar.


Aunque todos quieran ser liberados, no todos quieren liberarse de las mismas amarras, lo que a uno le parece bueno, es terriblemente malo para el otro, eso nos hace individuos... pero el minotauro en su realidad maravillosa no tenía intensión de ser liberado de ninguna forma, quizas es el unico personaje que conozcamos en nuestras vidas que no pretende más que lo que tiene y lo matamos.


Algo así como el mito de la Caverna de Platón, es un hombre convencido de que las difusas sombras que ve son su realidad, pero en realidad no son más que el reflejo y sombras de otra cosa, de otros hombre, pero este personaje siempre vivió en esa realidad, atado y destinado a ver sombras; para él esto era la realidad y la verdad, y no le bastaba más.


Una vez que fue liberado vio por primera vez la luz, se encandiló y le dolieron los ojos, deseó volver, ¿quien no?, ¿por que liberar a quien no quiere ser liberado?. Al parecer debemos salvar también a quien esta ciego, el hombre no puede ser feliz, esta felicidad solo existe en ausencia de realidad, o al menos en parte de ella, esta parece ser una creencia común. Nos es sospechoso ver a alguien pleno, si es así, probablemente esté mal de la cabeza, ya que la felicidad para el hombre común parece ser una cosa efímera y lejana, un poco idealizada.


Como muchas veces lo he dicho, el hombre es victima de su razón, ésta le impide ser feliz y le impide dejar al resto ser feliz. Dejemos a esos locos ser locos, quizás encontraron en su locura un medio que nunca nosotros encontraremos, no convirtamos nuestra verdad en una revelación autoritaria para el resto de los hombres, hombres libres todos.












Por Natalia de Asterión, la que quiere ser liberada por sí misma.

martes, 5 de abril de 2011

Ser gordo



Precisamente en este momento estoy desvelándome, pensando un poco en el ritmo de mi vida; justo hoy que fui al médico para controlar mi peso, cuestión que no me había preocupado, salvo algunos momentos de vanidad, pero ahora es por salud, amor propio y a los que me aman.


Mucho se habla del sobre peso, de que es una enfermedad de nuestros días, de que los hábitos de este mundo rápido están enfermando a la gente, se habla también de tendencias a engordar, hormonas y blá blá blá!. Pero resulta que subyace en este tema algo bastante intimo, la propia imagen; y no es algo simplemente físico, es una imagen que tintura todos los ámbitos de uno: ser gordo te define.


Uno se plantea frente al resto casi pidiendo disculpas por ocupar más volumen que el resto en el mundo, uno piensa que tienen miedo de invitarte a comer porque vas a hacer gastar mucho, uno piensa que si va a comprar ropa a una tienda normal te van a decir algo o te preocupa que te vean probándote media tienda y piensen que no tienes dinero, pero en realidad no te conformas con tu imagen, te preocupan las vacaciones con amigos y ver que serás la guardarropía de todos mientras se bañan... uno piensa, piensa y piensa. 


Probablemente a nadie le preocupe en realidad, quizás ninguno de tus amigos ha pensado cosas así, ni por el estilo, pero ser gordo define a tal punto la auto-imagen que se generan mitos sobre el resto y uno mismo. Unos sencillamente no se preocupan y viven siendo los más simpáticos y generosos, otros se esconden entre libros y cultivan el acaudalar contenidos, otros más depresivos se esconden en sus casas, en fin, todos buscamos una escapatoria y tener una GRAN virtud que pueda aplacar este GRAN defecto.


Todo esto suena típico, suena a "alguna vez lo oí en un documental en la T.V.", pero cada uno vive estos kilos de más de una forma muy particular, y sin duda enfrentándolos día a día, no queda más opción, cada día verse al espejo, cada día pensar en lo molestos que somos para el resto, y ni hablar del ámbito amoroso. Tengo la suerte de tener alguien al lado que me demuestra amor, paciencia y respeto, cosa difícil, cuando él no tiene sobre peso como yo, comprender a alguien cuando nunca has tenido su problema.


Normalmente los gordos, andan con gordos, suena etiquetador, pero miremos al lado, es un hecho; no quiero ahondar en los motivos, porque honestamente a pesar de mis evidentes kilos nunca he "buscado" a alguien como yo, siempre he estado abierta a distintos tipos de personas, así que de ello no tengo experiencia.


Pero esto de buscar con quien "pinchar" es fastidioso, muchas veces da vergüenza pretender a alguien y no solo por el miedo al NO, el rechazo puede ocurrirle a todos, el miedo está en que uno siente que no merece a esa persona, sobre todo cuando uno pretende a alguien que goza de un buen físico. Son tantas las barreras que uno genera que termina rodeándose de amigos... y más amigos.


Coquetear o arreglarse es un acto insufrible, el dicho "aunque se vista de mona, mona se queda" vive con uno y da rabia hacer intentos por verse bien, cuando lo evidente sigue siendo evidente. Coquetear es terrible, uno se siente como acosador, porque jamás en tu sano juicio pensarías que coqueteando te verías sutil y acertado, uno piensa que hace un show lastimoso, que todos se dan cuenta y probablemente incomodas a quien te quita el sueño.


Ser gordo es terrible, pero lo más terrible es que uno se encajona cada vez más en la imagen que se tiene, cuesta cada día más ver quienes somos, la belleza en cualquier otro ámbito se vuelve una disculpa por ser quienes somos, una disculpa por no ser capaces de cerrar la boca. 


Y es que nadie puede ver lo difícil que es hacerlo, así como hay alcohólicos y drogadictos, hay gente gorda, y lo peor es que esos otros ADICTOS sólo deben alejarse del vicio, cambiar de círculo social y mentalizarse muy bien, pero el gordo debe enfrentar la comida para vivir, enfrentarla... dile a un alcohólico que huela el vino, meta el dedo a la copa y luego saboree su dedo, sin probar más que eso y que luego deje el resto. Eso es cada comida de una persona gorda tratando de controlar el deseo terrible y visceral de comer más, tratando de controlar las ganas de saciar esa terrible hambre, imagina ahora lo que es ser gordo... no solo es cerrar la boca, es ver al menos tres veces al día pasar comida frente a tus ojos, comer, pero no comer lo que tu cuerpo te pide, lo que la garganta grita angustiosamente cuando estas entre el último bocado y el precipicio de comer aún más.


La frustración de decir que ésta vez será la última dieta y ver que un día de estos vas a un cumpleaños, comes un inocente trozo de torta y despiertas a esa fuerza extraña llamada ansiedad y quieres más y luego no puedes retomar el régimen.

Ser gordo, no es sólo la imagen, es la pena de ver a tu madre decirte que serías más bella si no comieras tanto, es la rabia de mirar tu cuerpo antes de cada ducha y odiar lo enorme que se es, es creer que el resto piensa cosas de uno, es ir a escondidas al refrigerador y comer con un nudo en la garganta de culpabilidad, es ver que todos evolucionan menos uno... es luchar cada día y fallarle a tu alma.


Ser gordo es más que un problema de talla.






Sin alter egos ésta vez.
Natalia Bevilacqua

jueves, 31 de marzo de 2011

Cosa de libertades

Libertad, parece cosa lejana, como venida de algún cuento épico o una leyenda muerta, bajo supuestos que hoy seguimos llamando libertad, aunque no gozan del contento que supone tenerla, parece que hoy no es tal, es como un disfraz que encubre ciudadanía y pertenencia servil.

Como todo, algunos parecen creerse el disfraz, pero a esa oveja se le ven los dientes y unas extrañas pezuñas, es que con esto de la costumbre olvidamos que la libertad encubre una pizca de casualidad, otra de intención y una sensación como a ropa holgada, y hemos cambiado aquel significado con el de bienestar y tranquilidad, algo usual cuando felicidad parece ser sinónimo de acaudalar riquezas, así no es extraño que la gente que se siente libre tenga algunas comodidades más que el común.

Pero, ¿Cuál es el significado perdido de libertad?, ¿será una cosa relativa al sueldo? O ¿será relativa a vivir en ciudadanía?, no olvidemos que mucho se ha hablado el respecto, Hobbes por ejemplo plantea que para ser libres debimos reunirnos en ciudadanía, y con ella obtendríamos derechos que resguardarían nuestra libertad, y deberes que nos limitaría, para no limitar los derechos del otro, algo así como “mi libertad termina en la libertad del de al lado”.  Así los resguardos de ser ciudadano conllevarían deberes civiles propios de un sistema hecho para la comunidad.

Parece que mientras más uno ahonda, más se pierde la esencia de libertad, la libertad es clasificada por ámbitos; libertad política, social, económica, educacional, sexual, alimenticia, cultural, musical, espiritual-religiosa, comunicacional, etc. ¿No será solo una la libertad?

Puede que si hablamos de solo UNA libertad, estaríamos hablando de una cosa bastante subjetiva, ab imo pectore, es decir, individual y cada cual es libre de sentirse libre bajo sus propios preceptos libres; solo espero desde esta individualidad que sean realmente preceptos y no conformismo a una cosa que no se le puede desafiar.

La libertad entonces es una virtud, don o característica propia de nacer y vivir, que uno no se sienta libre es cuestión de preceptos, no es culpa del de afuera, ya que es tan subjetiva que uno en sus zapatos puede tan infeliz, mientras que otro en los mismos calzados sea el más feliz de los hombres. Convendría entonces, para no ser tristes personas que nuestras pretensiones sean lo bastante plásticas para no terminar ahogando el alma.

Parece que no es suficiente, de ser así, el hombre es un pobre ser destinado, se supone que la libertad, así como la felicidad, el amor, la tristeza, la esperanza y otras más deberían ser obtenibles por todos; tristemente la libertad parece ser a estas alturas una cosa que se tiene cuando se es libre para tenerla o se tiene tanta libertad que se puedan alterar los preceptos libremente para ser feliz con lo que se es.

Así, entonces le digo a Ud. Que si no se siente libre, cambie sus exigencias y vera como se empieza a sentir libre.

Si Ud. Sueña con una gran prado y solo tiene un patio delantero de 4 por 2 metros, comience a soñar con un patio de 2 por 1, cuando salga se sentirá tan libre, que no podrá imaginarse un patio más grande que ese; es la única forma que queda de superar ciertas expectativas.

Si no le parece, es Ud. libre de sentirse desdichado.


NB.

No somos esfinges

Antes de todo aclarar que no se trata de un texto político ni económico, es de las idiosincrasias que ha generado la igualdad de género com...