sábado, 3 de enero de 2015

Bestiario: Procrastinar

Hoy haré el bestiario de aquello que me persigue y me impiden avanzar, pero lo hago con mi espíritu libre, amansado y contemplativo, porque si la bestia duerme quiero aprovechar a mirarla clara y fija, en sus recovecos y complexión total, aprovechar que no me mira amenazante a los ojos, con la pipa apuntándome. Olerla, tocarla y mirarla dormida y sosegada.

Y no es tal; la bestia es grande, pesada y defectuosa, pero ahí dormida, parece una frágil estructura de recovecos complejos, cuan excusas que se dicen con cansancio, pareciera que se pudiera evaporar lo grosero de sus gestos con solo acariciar. Me apena ver que aquella figura esgrimiera en mi, en otro momentos de mi vida, tantas debilidades, tanta necesidad, tanta infamia.

Una bestia así pareciera mortal, pero tiene las patas y la vista corta, es una quimera extravagante, odiosa y hostil, pero que no tiene nada mas que su proyección en mi como herramienta, ¿como recordar en mi debilidad lo insulsa que es mi bestia?, ¿Como hacer de mi convicción una prerrogativa al amanecer?, ¿Como escindir mi razón y mi pasión, para enfrentar mi bestia cuando no pueda?

A mis amigos les contaré que es mi debilidad, y que no obstante es algo que puedo manejar, pero a mi no me puedo mentir, esta bestia de patas cortas me cierra el paso, me distrae y me envuelve en su hedor de miedo, argumentos y languidez, me atrae con lentitud, como una tautología en mi existir, como si por mi carne no transcurriera sangre, sino aire vaporoso que se va por mi aliento.

Ay! de mis brazos y mis piernas, no son mas mis compañeras, puedo jurar que mi mente vuela, pero éstas no me siguen, son traicioneras de mi voluntad, son instrumentos de mi bestiario personal, son vasijas vacías de peso muerto. Y mi mente simplemente se va por fronteras, por luces y rincones, sin escrúpulos de los velos caídos del mundo, pero si acaso logro avanzar con estos espolones, no logro llevarme nada conmigo; soy solo un síntoma.

Me miento tan a menudo creyendo que he burlado a esta hostil maquina, pero es solo la tierra que ha perdido su horizontalidad, que me ha permitido alejarme por simple gravedad, no hay méritos reales, no hay un momento de real superación, no hay batalla vencida, solo la constatación de mi condena, la replica de mis días, uno tras otro, tal como el sol al salir y al caer.

Y si; hoy la miro de frente, y parece un juego de niños escapar de ella. Lo peor que puedo hacer es subestimar su poder en mí, cuando en el pasado me ha sofocado de tantas formas, ¿porque no ha de aprovechar mi cercanía contemplativa para volverme a atrapar?, ¿Podrá atacarme por la espalda si decido obviar este momento de paz y avanzar sin reflexionarla?, ¿peligra mi repentina voluntad y hambre de mundo?

De cualquier forma, mis preguntas no son más que afirmaciones silenciosas en mi mente, y sólo quedarme un instante más a pensarla es un triunfo de ella, mis letras y palabras se detendrán ya, mis malabares desiderativos quedarán para reconfortar mi viaje, y a esta bestia la dejaré y abandonaré - al menos hasta que vuelva a igualarme el paso - hasta ahí, libre seré, y la bandera del futuro flameará con vívida realidad.


NB






Fotografía de Dan May Art

No somos esfinges

Antes de todo aclarar que no se trata de un texto político ni económico, es de las idiosincrasias que ha generado la igualdad de género com...