Muchas veces me han bendecido y
he sentido protección, y yo misma, en mis desdichadas búsquedas nocturnas he
reprochado a mi destino las malas causas, los malos destinos y mi mal estado.
Y es que en oraciones baratas me cubrí
de sosiego, hasta que mi alma endureció o se desdibujó, no lo sé. Y es que en
días como hoy, ya no tengo reproches para mis circunstancias y comprendo, más
que nunca, que el destino no es más que las suma de mis actos y que de culpar a
alguien, es a mi misma por permitírmelo.
Entonces imploro a mis pies ser
capaces de reeducar sus pasos, de desandar los caminos truncados y correr libre
por senderos y campos abiertos que no me he permitido descubrir, sin embargo,
estoy de nuevo aquí, atrapada en mi misma, sin querer ayuda, y aparentemente
sin querer ayudarme.
Es urgente quitarme esta piel, es
urgente huir de mi misma y ni siquiera puedo correr.
NB
No hay comentarios:
Publicar un comentario