sábado, 15 de diciembre de 2007

Ingo

Una constante metamorfosis tenía al pobre Ingo postrado frente el devenir, todo lo alterno a él continuaba ahí por que sus pasos no soportaban el peso de descubrir lo nuevo. Estaba ahí como frente a un terrible conocimiento, pero él seguía ahí, irresoluble, como embobado, postergando el pensamiento.

Es que Ingo al igual que muchos de nosotros no quería descubrirse, temía mas de si mismo que de un mero conocimiento matemático, Ingo prefería ser incorruptiblemente ingenuo, que verse en el espejo y descubrir que la verdad no le hacia falta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta. Deberías escribir más.

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